La cruzada cuenta con 2 de estos tanques llamados "Romulus I" y "Remus I" y cuando ambos se ponen en marcha los cruzados entonan letanías de destrucción que junto al chirriar de las orugas hacen temblar al enemigo que observa su avance.
Los artilleros de ambos vehículos compiten entre sí por ver cuantos blindados enemigos abaten cada uno y van llevando la cuenta de las centenas de bajas causadas durante los últimos siglos de batallas que han librado cada uno de ellos.