Antes de la batalla, el Paladín del Emperador dirige la oración de sus hermanos y la meditación sobre el sagrado deber adquirido para con el Emperador. En ese momento, los Templarios Negros alcanzan increíbles grados de celo justiciero y juran acabar con todos los enemigos del Emperador. El Paladín del Emperador dirige los juramentos de los demás guerreros del ejército y elije uno de los votos de los Templarios Negros según se le haya manifestado en sus revelaciones.
Los Votos de los Templarios están basados en cuatro pilares de conocimiento:
- No permitir que el impuro viva.
- Defender el honor del Emperador.
- Abominar a la bruja, acabar con ella.
- Aceptar cualquier desafío sin importar la inferioridad.
No permitir que el impuro viva
Lidéranos de la muerte a la victoria,
de la falsedad a la verdad.
Lidéranos de la desesperación
a la esperanza
de la fe a la matanza.
Lidéranos hasta Su fuerza
y una eternidad en guerra.
Deja que su ira
llene nuestros corazones.
Guerra, sangre y muerte;
sirve al Emperador por venganza
¡en el nombre de Dorn!.
Defender el honor del Emperador
Confía en el Emperador
durante la batalla.
Confía en Él como intercesor y
protector de Sus guerreros
mientras estos caminan junto a la
muerte en suelo alienígena.
Tiñe de rojo los mares
con su sangre.
Aplasta sus esperanzas y sus sueños,
y convierte sus canciones
en lamentos.
Abominar a la bruja, acabar con ella.
¡Castiga a los vástagos de la bruja!
¡Danos fuerzas para desgarrar
su carne impía!
¡Para cubrir los campos con las pálidas
formas de sus blasfemos cadáveres!.
¡Para apagar el retumbar de nuestras
armas con sus alaridos!.
¡Para abatir sus ciudadelas
con huracanes de fuego!.
¡Para estrujar sus corazones
y rechazar su tristeza!.
¡Para confinarlas en su desolada
tierra cargadas de harapos, y
muertas de hambre, descorazonadas,
rotas de dolor y prefiriendo el refugio
de una tumba a la vida!.
¡Te lo pedimos por el espíritu de la
ira, oh maestro de la humanidad!
Aceptar cualquier desafío sin importar la inferioridad.
Oh, Emperador, feroz y salvaje,
que te regocijas en la ira
de sangrientas batallas.
Tu gran poder hace que tiemblen
hasta los cimientos de las
más potentes murallas.
Maestro de la Humanidad y
conquistador, que el rugir de
esta batalla te satisfaga.
Deleítate con la visión de espadas
y puños cubiertos de la sangre
alienígena y los drestrozos causados
por esta guerra.
¡Regocíjate en los furiosos desafíos
y en las venganzas que amargan
la vida de los humanos!.
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